La musicoterapia se está volviendo más y más popular entre as familias que buscan encontrar formas nuevas y divertidas para sus hijos a aprender y crecer.
Las sesiones de musicoterapia son muy estructuradas, puesto
que cuanto más lo son más ayudamos al niño a sentirse cómodo en un ambiente
previsible y conocido para él. Por esto, en musicoterapia infantil son muy
importantes las canciones de bienvenida, que son canciones sencillas que
incluyen un saludo personalizado con el nombre del pequeño. Estas canciones son
más o menos simples según el grado de desarrollo lingüístico e intelectual del
niño.
Después, se van realizando las diferentes actividades
planteadas según los objetivos. Algunos ejemplos de actividades son:
Cantar: las canciones son una fuente de aprendizaje de
vocabulario, y les ayuda a trabajar la correcta estructura de las palabras y
las frases. Una canción adecuada para cada actividad dependerá del objetivo a
conseguir, la edad y la capacidad del niño.
Audición musical: fomenta principalmente la atención, el
reconocimiento de sonidos, y puede servir para conseguir momentos de relajación
durante la sesión.
Juegos musicales: son todas aquellas actividades que tienen
como protagonista un instrumento o una acción musical, que está regidas por
unas normas que se deben cumplir, y que tienen un objetivo a conseguir.
Improvisación vocal e instrumental: permite un ambiente
flexible en que el niño es libre de tocar o cantar lo que quiere, siempre
dentro de unos límites. Este espacio es muy importante para los niños
acostumbrados a un ambiente de aprendizaje muy rígido, y fomenta la expresión
espontánea y la creatividad.
Composición de canciones: fomenta la creatividad y la
imaginación. El niño puede componer una canción cambiando la letra de una
canción conocida o inventando una nueva melodía.
Viajes musicales: con ayuda de una audición, guiamos la
imaginación del niño hacia otro lugar, como si lo metiéramos dentro de un
cuento en el que él es el protagonista y pasan cosas increíbles.
Tocar instrumentos: la habilidad necesaria para tocar un
instrumento implica un desarrollo de ciertas funciones motrices que pueden ser
un objetivo en sí mismo. Pero también tocar en grupo o junto con el
musicoterapeuta implica trabajar la relación con el otro, la espera de los
turnos, la escucha del otro o la coordinación con éste.
La musicoterapia, pues, es una herramienta de gran utilidad
para los profesionales que se dedican a la atención precoz, que encontrarán en
las actividades musicales un recurso divertido para los niños que presentan
dificultades en su desarrollo.
Post sin elaborar.
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